Entrevistamos al experto en Innovación Educativa, Juanjo Vergara

«Si conseguimos docentes que tengan siempre una pregunta en la boca, entonces tenemos la innovación dentro del centro»

 

Juanjo VergaraComo parte de nuestra apuesta por la Innovación Educativa, en Colegios Zola entrevistamos a Juanjo Vergara, especialista en innovación educativa y metodologías activas, educador y presidente del Laboratorio de Innovación Educativa. Con él hablamos sobre el papel de los docentes, de las familias y también sobre el propio concepto de innovación educativa y sus implicaciones: «Antes jugábamos, ahora gamificamos».

Una de sus frases es que «sólo se aprende lo que emociona», ¿qué deberían hacer los profesores para emocionar a los alumnos?

  • Lo que deberían hacer es preguntarse qué dicen los contenidos de los alumnos y eso es lo que no se hace normalmente en la enseñanza, es decir, dónde puede ver el alumno en su vida cotidiana los contenidos que está trabajando y así va establecer un vínculo emocional con lo que aprende.
  • Cada vez hay más docentes que dejan de tener miedo a equivocarse y estamos en la línea de innovación, pero también hay mucho movimiento que se basa en la rendición de cuentas y esos docentes no se preocupan tanto sobre qué dice el contenido del alumno sino más bien qué dice el alumno del contenido

¿Qué papel cree que tiene una adecuada gestión de las emociones en la educación?

  • Yo creo que es fundamental. Creo que hay cuatro elementos básicos en el aprendizaje. Me gusta llamarlo «la mesa del aprendizaje». Una mesa sin una pata se cae, necesita cuatro apoyos, pues en el aprendizaje ocurre lo mismo. Una «pata» son las ideas, el contenido, la razón; otra «pata» son las emociones porque si no hay un vínculo emocional con el contenido entonces no aprendes; y las otras dos «patas» son las relaciones, porque se aprende mejor juntos que separado y la acción, puesto que hay que aprender haciendo.

¿Aprendemos mejor juntos y cara a cara preferiblemente?

  • Nada puede sustituir la enseñanza presencial, pero también es verdad que en la sociedad en la que vivimos, antes estábamos físicamente muy cerca pero emocional y relacionalmente, vitalmente, muy lejos.

Para tener profesores innovadores es necesario…

  • Un equipo directivo y un equipo docente que quiera innovar va a convertir su centro en un centro innovador porque ellos son los que más saben de sus alumnos. También es necesario que los profesores sean capaces de hacerse preguntas. Los profesores están acostumbrados a dar respuestas, pero si conseguimos docentes que tengan siempre una pregunta en la boca, entonces tenemos la innovación dentro del centro. Es importante que no se pierda el pensamiento crítico, el miedo a equivocarse, las ganas de investigar y de ensayar, todo ese conjunto de cosas que conlleva hacerse preguntas.

Aprendizaje por proyectos, cooperativos, aprendizaje-servicio, ¿a veces los alumnos están al servicio de las metodologías y no al contrario?

  • Sí, efectivamente. Igual que hay gente que lo está haciendo muy bien, también hay gente que está muy en la carrera de ponerse la medalla de la innovación, de ensayar cualquier cosa nueva. Por ejemplo jugar, siempre hemos jugado, ahora gamificamos. Nos apuntamos a esto. Lo importante es que el docente haga una cosa que no hace habitualmente que es empoderarse y darse cuenta de que el experto en la educación de sus niños es él. Los expertos cuando vamos allí a contar metodologías lo que hacemos es contar un marco, unos parámetros generales.

«El docente tiene que empoderarse»

¿Qué pueden hacer las familias para incentivar la innovación y la creatividad en sus hijos?

  • Tener confianza en los centros educativos. Muchas veces las peleas titánicas entre familia y centro son absurdas. Después, sumarse, porque si las familias se suman y confían pueden ser un gente maravilloso en la educación.

¿Qué falta en el sistema educativo español para que la innovación esté realmente presente en el aula?

  • Que cuando se configuren los currículos estén realmente orientados, y no sólo de palabra, al desarrollo de competencias y habilidades; que se piense en las necesidades formativas del siglo XXI; que cuando se hable de formación y de inserción laboral no se hable solo de emprendimiento; que no haya fuga de talentos… A mí me preocupa lo que podemos hacer dentro del aula, que nos preguntemos qué necesitan los  alumnos para ser felices y para aprender muchas cosas y desenvolverse bien en la vida y desenvolverse bien la vida se cuantifica en hacerlo bien en el trabajo, en las relaciones, en la familia y en la comunidad. En este sentido, las habilidades que hay que desarrollar son siempre las mismas, pues trabajemos con ellas.
  • Hay docentes que están haciendo cosas maravillosas y hay otros que, con pandemia o sin pandemia, hacen cosas desastrosas. Por lo tanto, midamos a cada cuál por lo que está haciendo.

¿Cómo cree que va a salir el sistema educativo de esta pandemia?

  • Hay que alertar de que la pandemia no puede servir para dar un paso atrás en el modelo de rendición de cuentas. Sí que hay una cosa que saldrá tocada y es el tema de los afectos y cómo están viviendo los docentes y el alumnado este tema. En los alumnos he visto que hay cuadros de depresión, de desánimo, de que no están aprendiendo y los profesores también. El mundo emocional es el más afectado.

¿En qué proyectos está inmerso?

  • Hace poco creamos una asociación que presido que se llama Laboratorio de Innovación Educativa y estamos montando una escuela online para trabajar con docentes, hemos hecho formaciones sobre metodologías activas… Además, este año publicaré un nuevo libro sobre aprendizaje basado en proyectos que tentativamente se titulará “Un aula, un proyecto”.
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