La importancia de parar y respirar

  • El equipo de Pensamiento Emocional del Colegio Zola Las Rozas ofrece una serie de consejos que pueden ayudarte a recobrar la calma en situaciones complicados.

 ¿Cuántas veces en el último año esta nueva situación te ha sacado de tu zona de confort? Quizás más de la cuenta. ¿Cómo te ha hecho sentir? ¿Estresado/a, inseguro/a? ¿Te está siendo agotador mantenerte positivo?

Sabemos que no está en nuestras manos cambiar esta nueva realidad que nos ha tocado vivir, pero sí podemos elegir la manera en que la afrontamos. Para ello, puede servirte de apoyo estos consejos que te ayudarán a renovar la energía y recobrar la calma en situaciones difíciles o que te estén generando estrés:

  • RespiraciónTécnica del suspiro. (Respiración diafragmática, que te facilitará descargar las energías acumuladas de la tensión y los nervios). Llena los pulmones de aire al completo. Cuando lo tengas, exhala el aire con un gran suspiro. De este modo estás expulsando todo el aire que queda en los pulmones. Después realiza una respiración (inhalación y exhalación) más despacio y suave hasta que expulses de nuevo todo el aire.  Repítelo un par de veces hasta que sientas que vas liberando la tensión. Puede ayudarte colocar la mano debajo del pecho para reconocer más fácilmente la respiración.
  • Respiración abdominal. Si estás nervioso/a esto de ayudará a liberar tensión. Coloca la mano en el abdomen y coge aire. El objetivo es que el tórax no se mueva y sin embargo tu vientre se hinche. Repítelo un par de veces.
  • Reír y sonreír. Ambas acciones contribuyen a la liberación de dopamina, endorfinas y serotonina, lo que relaja el cuerpo, reduce el ritmo cardíaco y disminuye la tensión arterial. Así que cuando creas que no puedes más, para, piensa o visualiza aquello que te produce una sonrisa. Este acto conectará directamente con la amígdala y te ayudará a cambiar la emoción.
  • Acupresión. Coloca tu dedo índice o pulgar derecho entre las cejas. Ejerce presión leve sobre este punto haciendo movimientos circulares durante unos minutos. Puedes repetirlo varias veces al día o cuando te sientas agotado/a, estresado/a…
  • Relajación ocular. Cierra los ojos y frota vigorosamente tus manos para generar calor. Posa (sin presionar) las manos sobre los párpados cerrados y siente el calor en la frente y la sensación de oscuridad en los ojos. Se consciente de la respiración, lenta y suave. Centrar la atención en la respiración y sentir el calor en la frente, lo que elevará la temperatura cutánea, producirán que el ritmo cardiaco disminuya, así como la tensión muscular, y por ello te sentirás más relajado/a.
  • Masajea lentamente tu cuero cabelludo con la punta de los dedos. Comienza por la parte superior de la frente hasta llegar a la nuca. Mientras te das el masaje, respira profundamente. Bastan dos minutos de auto masaje para que empieces a sentirte mejor.
  • Recarga exprés de batería. Para y dedícale unos minutos a esa canción que te sube el ánimo, la imagen que te evoca serenidad, la taza que te produce felicidad, los bolígrafos que te recuerdan lo que te gusta cuidar la imagen o lo creativo/a que eres, abraza a tu hijo/a, asómate por la ventana o sal al jardín y siente el sol en la cara. En definitiva, ¡Para y recarga tu batería en unos minutos!
  • ¡Nudo en la garganta! ¿Te enfrentas a una situación que te está generando esta sensación?  Siéntate en una silla, con los dos pies planos sobre el suelo, inclínate hacia delante, con los codos y los antebrazos sobre los muslos. Deja colgar las manos entre las rodillas. Con los ojos cerrados, respira lentamente concentrándote en la sensación de abertura y cierre de tu garganta. Al cabo de unos minutos, sentirás que tu laringe se relaja y se libera.

Presta especial atención a tus hábitos de sueño, ejercicio físico, alimentación e hidratación. Todo ello contribuirá a que te sientas m

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