Entrevista a José Antonio Escudero, de la UCM
«La resistencia a los antibióticos es una de las mayores crisis sanitarias que existen»
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Entrevistamos a José Antonio Escudero, docente e investigador de la Universidad Complutense de Madrid, con el que abordamos la resistencia a los antibióticos, los aprendizajes que podemos extraer de la Covid-19, cómo está la Ciencia en España, entre otros temas.
El alumnado de 4º ESO del Colegio Zola Las Rozas y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) están trabajando codo con codo en ‘MicroMundo’, un proyecto científico para descubrir nuevos antibióticos y fomentar la cultura científica entre los estudiantes. Aprovechamos la ocasión para conversar sobre este y otros temas con José Antonio Escudero, docente e investigador de la UCM y uno de los encargados de supervisar este proyecto en el Colegio Zola Las Rozas.
- ¿Por qué es importante investigar sobre la resistencia a los antibióticos?
- Este siglo nos enfrentamos probablemente a lo que se puede considerar como una de las mayores crisis sanitarias que existen: la resistencia a los antibióticos. Esto lo que quiere decir es que las bacterias han aprendido a resistir a los antibióticos que estamos utilizando contra ellas y volvemos a estar en una situación en la que ya no podemos tratar a tiempo algunas de las infecciones que se producen. Y esto va a ir a más.
- ¿Qué datos son los que manejan actualmente sobre esta problemática?
- Las predicciones nos dicen que para 2050 podrían morir hasta 10 millones de personas al año por resistencia a los antibióticos. Las predicciones son muy malas y, de producirse, las infecciones por bacterias volverían a convertirse en la primera muerte del mundo, algo que no ocurría desde los años 30. Entre los científicos, llamamos a lo que está ocurriendo la «pandemia silenciosa». Es un problema global que afecta a todos los países.
- ¿Qué podemos hacer para evitar esta situación?
- Utilizar la menor cantidad de antibióticos posible. Siempre que sea necesario hay que usarlos, pero nunca más de lo necesario. Una de las claves para reducir su uso es concienciar a la ciudadanía de lo que está ocurriendo. En este sentido, el proyecto ‘MicroMundo’ lo que hace es involucrar a estudiantes de todo el mundo para que ayuden a investigar sobre esta resistencia a los antibióticos y descubrir nuevos antibióticos. Además, también persigue incentivar el interés de los niños y niñas por la Ciencia poniéndoles en el papel de investigadores.
- ¿Cómo es la relación entre la investigación sobre antibióticos y las compañías farmacéuticas?
- Es complicada. La industria farmacéutica ha buscado nuevos antibióticos durante mucho tiempo, pero ha perdido el interés en las últimas décadas. Producir un fármaco cuesta muchísimo tiempo y dinero y si, además, las bacterias se vuelven resistentes pronto a ese fármaco, entonces a las farmacéuticas les deja de interesar investigar ese campo y prefieren, por ejemplo, dedicar sus recursos a producir e investigar sobre un fármaco contra el colesterol que te lo vas a tomar todos los días de tu vida.
- ¿Podemos ganar esta batalla?
- Yo creo que si la humanidad se pone en ello, puede lograrlo. En mi opinión, después de la revolución industrial y tecnológica, ahora la siguiente que toca es la revolución biológica que permitiría el empleo de técnicas nuevas como, por ejemplo, utilizar virus que infectan bacterias en el tratamiento de infecciones. Aquí lo que necesitamos es que el marco legal evolucione un poco más rápido. En Europa somos muy conservadores y eso está muy bien, pero en el tema de la resistencia antibiótica la legislación es clave y que sea más ágil permitiría algunas terapias que pueden salvar miles de vidas.
«La higiene alimentaria es fundamental para evitar pandemias como la Covid-19»
- La Covid-19 nos ha mostrado lo frágiles que somos, ¿qué enseñanzas consideras que deberíamos extraer desde el punto de vista científico?
- Hay múltiples lecciones. Una de ellas es la gran importancia de la higiene alimentaria. En España sí que hay enfermedades que se transmiten de los animales a las personas, pero existe un control veterinario de los alimentos muy potente y eso evita muchos casos en España. El año pasado tuvimos un brote de listeriosis en Andalucía por alimentos contaminados y al investigarlo nos dimos es cuenta de que la empresa estaba trabajando ilegalmente y, por lo tanto, sin el control sanitario. Ahí es cuando surgen los problemas. Otra lección es qué importante es la comunicación con la sociedad. Después de que las vacunas han salvado la vida a millones de personas, hay gente que se fija en el efecto adverso que ocurre en 1 caso entre un millón y decide no vacunarse, no dándose cuenta de que corre mucho más riesgo por no vacunarse… Entonces, tan importante como la Ciencia es la campaña de comunicación para hacer llegar el mensaje.
- ¿Consideras que las actuales generaciones se podrían enfrentar a otras pandemias de similares características?
- Es probable. Siempre que haya zonas donde la higiene alimentaria no se vigile estrechamente puede ocurrir. Al final es una cuestión más de cuándo que «sí o no». Lo que sí es fundamental en esta crisis es darse cuenta del rol tan excepcional que ha tenido la Ciencia. Lo rápido que se ha tenido el genoma del virus y se han podido desarrollar kits diagnóstico, los conocimientos previos sobre la transmisión de estos virus que han permitido tomar medidas de higiene que han limitado el contagio y cómo las farmacéuticas han conseguido tener una vacuna en meses… Lo que demuestra es que con Ciencia se genera conocimiento en muchos campos diferentes. Este conocimiento se acumula y todo lo que se ha avanzado a lo largo de los años se pone en práctica cuando surge algo como lo que estamos viviendo.
«La Ciencia no es un sitio donde metes el dinero a fondo perdido; si metes mucho dinero, lo recibes multiplicado»
- A la Ciencia en España le hace falta…
- Financiación, sin duda. También le hace falta entrar en contacto con la sociedad para que los ciudadanos comprendan que es una parte fundamental de sus vidas; que la sociedad entienda que gran parte de la economía de los países tiene que ver con la Ciencia, con las patentes. ¿Cuánto dinero no hubiera ganado España si hubiéramos tenido un tejido científico lo suficientemente potente para que nuestras vacunas hubieran sido las primeras? La Ciencia nutre la economía de los países y los países que más invierten en Ciencia son los países más potentes del mundo. Estaría bien que se entendiera que la Ciencia no es un sitio donde metes el dinero a fondo perdido, sino que si metes mucho dinero lo recibes multiplicado.
- ¿Cómo consideras que es la educación científica en España? ¿Qué echas de menos?
- Creo que estamos consiguiendo llegar a alumnos y alumnas más jóvenes. Por ejemplo, que el Colegio Zola Las Rozas trabaje por proyectos me parece el camino adecuado. La memoria es necesaria para el aprendizaje pero no puede ser el pilar. Qué importante es incentivar la curiosidad, la responsabilidad…
«Los estudiantes deben preguntar y preguntar, no dar nada por sentado. La Ciencia es un reto constante»
- ¿Qué le dirías a un estudiante que quisiera dedicarse a la Ciencia, qué recomendaciones le harías?
- Le diría que en este trabajo hay una parte de satisfacción intelectual muy importante. Le diría que pensar, razonar y llegar a una hipótesis y probarla es un placer en sí mismo. Le diría que pregunte y que pregunte que se plantee cosas, que no dé nada por sentado, que esté abierto a todas las posibilidades. La Ciencia es un reto constante y hay una parte de frustración y felicidad muy importante. Por supuesto, luego está el impacto social, porque al final los científicos siempre buscamos hacer algo útil y beneficioso por la sociedad. Es un objetivo muy noble al que dedicarse y da sentido a nuestros esfuerzos.