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Los estudiantes de 2º ESO tenían que recrear el universo de don Rodrigo Díaz de Vivar en el siglo XI en un videojuego y promocionarlo en una página web creada al efecto.
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Ha sido un proyecto interdisciplinar que ha involucrado a 18 profesores de diferentes materias: Lengua, Historia, Música, Inglés y Alemán, Plástica y TPR.
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Esta iniciativa está alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 4 referente a proporcionar una “Educación de Calidad”.

“Con este proyecto queríamos hacer mucho más cercano el libro de El Cid, una obra imprescindible y con un personaje muy atractivo, como fue don Rodrigo Díaz de Vivar, pero que a los alumnos les resultaba muy lejano”, explican Alejo Martínez, Director del Departamento de Humanidades, y Ester Rodríguez del Cerro, profesora de Lengua.

El trabajo final –realizado por el alumnado de forma individual debido a la pandemia (aunque está proyectado para llevarse a cabo de forma cooperativa)– se plasmó en una página web creada por ellos mismos y que debía incluir diferentes apartados: nombre del juego, niveles del juego, una tabla de personajes con redirección a una ficha más extensa de cada uno de ellos, un mapa de localizaciones y la biografía de don Rodrigo, banda sonora y efectos sonoros, cartel de lanzamiento, vídeo de promoción internacional y una demo del videojuego.
Arte, música, historia y mucho más

En esta primera fase, el ‘Departamento de Rigor Histórico’ (integrado por profesores de Historia: Claudia Navarrete, Alejo Martínez, Agustín Tortosa y Helena Sánchez) tuvo que comprobar que los mapas de localizaciones del videojuego situados en la Península Ibérica del siglo XI eran correctos, revisar la veracidad de la biografía de don Rodrigo e, incluso, supervisar un rap voluntario basado en el romance de la Jura de Santa Gadea. Las bandas sonoras incluidas en el videojuego, que debían responder a los gustos musicales de la época (música juglaresca y provenzal), contaron con el visto bueno del ‘Departamento de Efectos Sonoros’, integrado por el profesor de Música: Isaac Lahoza.
Además, el proyecto incluyó la creación de un logotipo para la empresa, una tipografía acorde, una imagen corporativa y todo el diseño de la cartelería. Para ello, contaron con el apoyo del ‘Departamento de Diseño Gráfico, Ilustración, Publicidad y Marketing’ integrado por las profesoras de Plástica: Rocío Gilabert y Ana Santamaría).
Por su parte, el ‘Departamento Digital’ (con profesoras de TPR: Alba Blanco y Patricia Velasco), tuvo que supervisar toda la parte tecnológica (creación de las webs y videojuegos). Incluso hubo algunos alumnos aventajados en la materia que hicieron tutoriales explicativos haciendo hincapié en el aprendizaje-servicio como Pablo Dacruz (tutorial de páginas web) y Rafael Pérez (tutorial de Scratch).
El trabajo no terminaba aquí porque, con el objetivo de que el juego tuviera “proyección internacional”, la página web debía incluir un vídeo promocional con un tráiler del videojuego que se expuso al ‘Departamento de Ventas Internacionales’ (integrado por los profesores de Inglés: Miquel Carbonell, Melissa Darini, Sara Fuentes y Patricia de San Pío; y de alemán: Beatriz Rodríguez). En este vídeo el alumnado incluyó, además de la historia del juego, los episodios, datos relevantes, la fecha de lanzamiento, precio y plataformas donde se podía obtener, así como la promoción hecha por algunos tiktokers, youtubers o influencers del momento.
El proyecto culminó con una disertación oral de promoción del videojuego en las clases de Lengua y una exposición de la cartelería durante la “Zola-Las Rozas Game Week” en la que Sergio Conejo, alumno de 2º de Bachillerato del Centro y joven emprendedor en el mundo de las tecnologías y videojuegos, eligió a los ganadores (Vega Sánchez, Bárbara Bermúdez y Carlos Nogueira) y les dio un galardón.
“Aunque en este proyecto, tal y como se lo dijimos, todos los estudiantes fueron ganadores. Estamos muy orgullosos del nivel de compromiso, de perfección, de gusto por el detalle, con el que asumieron este reto. Sin duda, esto nos anima a continuar innovando en la forma de enseñar contenidos fundamentales y a trabajar las competencias que luego a ellos se les van pedir cuando salgan fuera de las aulas”, coinciden en señalar Alejo y Ester.