En los últimos años, los avances en investigación educativa, coordinada con los avances en Neurociencia, nos han permitido conocer cómo influye la organización espacial de las escuelas para un aprendizaje más significativo de los alumnos.
Estos nos ha llevado en nuestra etapa de Educación Infantil a trabajar por rincones, donde las aulas se dividen en espacios delimitados. Estos espacios están pensados y estructurados para conseguir que nuestros alumnos tengan una educación individualizada, ya que se crean pequeños grupos en los que se desarrollan simultáneamente espacios de aprendizajes.
En el trabajo por rincones, el profesor se convierte en mediador, proporcionando a los alumnos las herramientas necesarias para construir su propio aprendizaje.
En esta primera fase del curso es importante que nuestros alumnos se familiaricen con los rincones, que tengan claro qué tipo de actividades se proponen en cada uno de ellos, que conozcan las rutinas de la jornada (cuando tienen patio, asamblea, etc.) y que empiecen a estar cómodos con sus compañeros.
A lo largo del tiempo tanto los profesores como los alumnos estaremos listos para continuar con su aventura del aprendizaje, donde se fomentará el desarrollo de todas sus capacidades.