Cada trayecto, cada reto y cada descubrimiento contribuyen a formar alumnos más conscientes, empáticos y preparados para transformar el mundo que les rodea.
En el Colegio Zola Las Rozas, los viajes escolares son mucho más que una excursión: son una inversión educativa y emocional en el futuro de los alumnos. Bajo el lema “Viajar para crecer”, el Colegio entiende el mundo como la mejor aula posible, donde cada experiencia se convierte en una oportunidad de aprendizaje real y significativo.
Los itinerarios de viaje se diseñan cuidadosamente para acompañar el desarrollo de los estudiantes desde Primaria hasta Bachillerato, adaptando cada destino y objetivo pedagógico a la etapa vital de los alumnos. El propósito es claro: formar personas autónomas, responsables, curiosas y con una visión global del mundo.
Aprender viajando: un camino de crecimiento personal
Durante los primeros ciclos de Primaria, los viajes se centran en construir autonomía básica y respeto por el entorno. Las estancias en granjas escuela, por ejemplo, ayudan a los niños a valorar el cuidado de los animales, dormir fuera de casa y desarrollar la independencia emocional que marca el inicio de su crecimiento personal.
En el segundo ciclo, las experiencias giran en torno al entrenamiento emocional. Los alumnos aprenden a identificar emociones y fortalecer la empatía entre muchas otras. En 5º de Primaria, el viaje se centra en la inmersión lingüística con el objetivo de utilizar el inglés de manera funcional y natural. Y en 6º de Primaria, el viaje a Valencia introduce la conciencia medioambiental y la cooperación grupal a través de actividades relacionadas con la conservación marina.
ESO: consolidar la identidad y el trabajo en equipo
Durante la Educación Secundaria, los viajes del Colegio se convierten en una herramienta para fortalecer la identidad y la convivencia. En 1º de ESO, los estudiantes descubren el patrimonio histórico y cultural de Granada; en 2º, combinan deporte y aprendizaje durante un viaje de esquí; en 3º, Cantabria se convierte en un escenario de trabajo en equipo y reflexión sobre la diversidad natural y humana; y en 4º, la experiencia en Tarragona y Barcelona cierra la etapa con un viaje integrador que conecta los saberes adquiridos en una vivencia global.
Cada destino impulsa la autonomía, la cooperación y la gestión del tiempo entre ocio y cultura, preparando a los jóvenes para los retos académicos y personales que les esperan.
Bachillerato: abrir la mente al mundo
En Bachillerato, el programa culmina con un viaje internacional a Italia, donde los alumnos aprenden a comparar culturas, pensar críticamente y desenvolverse con autonomía en contextos internacionales. Esta experiencia representa la transición hacia la vida adulta y universitaria, en la que la madurez y el pensamiento crítico son esenciales.

Más allá del aula
Los indicadores de éxito de los viajes escolares del Colegio son claros: mayor autonomía, convivencia enriquecida, autoestima fortalecida y aprendizaje significativo. Además, los alumnos desarrollan un profundo respeto por la diversidad cultural y el medio ambiente, integrando valores que les acompañarán toda la vida.