¿Cómo se manifiesta la ansiedad en la adolescencia?

La salud mental en adolescentes es un aspecto crucial del bienestar general de los jóvenes, ya que esta etapa de la vida está marcada por cambios significativos en el desarrollo emocional, social y físico. Durante la adolescencia, los jóvenes enfrentan una serie de desafíos, como la presión social, la búsqueda de identidad y el manejo de las expectativas académicas. Estos factores pueden contribuir a la aparición de problemas de salud mental, como la aparición de la ansiedad en la adolescencia y la depresión, que, si no se abordan adecuadamente, pueden llevar a conductas suicidas y autolesivas.

Cómo se manifiesta la ansiedad en la adolescencia:

  • Manifiesta dolor físico constante, por ejemplo, dolor de cabeza, estómago o tensión muscular.
  • Siempre se encuentra en estado de alerta, inquieto o hiperactivo.
  • Se preocupa mucho por lo que pueda pasar.
  • Tiene dificultad para conciliar el sueño y pesadillas recurrentes.
  • Se muestra irascible o con cambios recurrentes de comportamiento.
  • Siente miedo y angustia ante hechos que pueden suceder.
  • Muestra inseguridad baja autoestima.

10 claves para una buena salud mental en adolescentes

  • Promover la comunicación abierta: fomentar un ambiente donde los hijos se sientan seguros para expresar sus sentimientos y preocupaciones. Escuchar sin juzgar es clave para que los adolescentes hablen abiertamente.
  • Reconocer las señales de alerta:
    • Cambios de humor bruscos y prolongados.
    • Aislamiento social o pérdida de interés en actividades.
    • Cambios en el apetito o en los patrones de sueño.
    • Comentarios sobre sentirse inútil, desesperanzado o sobre la muerte.
  • No minimizar las emociones: evitar frases como “no es para tanto” o “es una etapa”. Validar las emociones y mostrar comprensión puede hacer que los hijos se sientan respaldados y comprendidos.
  • Buscar apoyo profesional: si hay indicios de autolesiones o pensamientos suicidas, acudir a un profesional (psicólogo, psiquiatra) es crucial. La intervención temprana puede marcar la diferencia.
  • Fomentar la autoestima y resiliencia: ayudar a los adolescentes a construir una imagen positiva de sí mismos y enseñarles a manejar el estrés. La práctica de la gratitud, el reconocimiento de sus logros y la resiliencia son habilidades protectoras.
  • Supervisar el uso de Redes Sociales: las redes sociales pueden influir negativamente en la salud mental. Estar atentos al contenido que consumen y hablar sobre el impacto que puede tener en su autoestima y su percepción del mundo es importante.
  • Educar sobre autocuidado y manejo emocional: enseñarles técnicas para lidiar con el estrés, como la meditación, el ejercicio físico, y actividades que les gusten. Esto ayuda a canalizar las emociones de forma saludable.
  • Crear un ambiente familiar de apoyo: los adolescentes deben sentir que el hogar es un espacio seguro donde pueden ser ellos mismos y buscar ayuda sin miedo. Mantener rutinas familiares y actividades conjuntas también contribuye a fortalecer los lazos familiares.
  • Hablar abiertamente del suicidio y autolesiones: es un mito que hablar del suicidio puede incitar a que suceda. Al contrario, hablar del tema de forma abierta y sin tabúes puede ayudar a los adolescentes a entender que no están solos y que existen alternativas.
  • Conocer los recursos de ayuda: familiarizarse con líneas de ayuda, centros de crisis y servicios de salud mental disponibles en la comunidad para tenerlos a mano en caso de necesidad.

Desde el Colegio Zola las Rozas, y su pilar de Pensamiento Emocional, desde el Departamento de Orientación del Colegio se proporciona apoyo y formación a los estudiantes durante su etapa escolar con actividades de aula, tutorías personalizadas o talleres para familias como la reciente charla «Prevención del suicidio y conductas autolesivas no suicidas en la adolescencia». Promover una buena salud mental en esta etapa es fundamental para ayudar a los adolescentes a desarrollar habilidades de afrontamiento, fomentar relaciones saludables y construir una autoestima sólida. Al proporcionar apoyo emocional, recursos adecuados y un entorno seguro, se puede reducir el riesgo de conductas autolesivas y suicidas, permitiendo que los jóvenes avancen hacia la madurez y se conviertan en adultos resilientes y saludables. Es esencial que tanto padres como docentes estén atentos a las señales de alerta y fomenten un diálogo abierto sobre la salud mental, creando un espacio donde los adolescentes se sientan cómodos buscando ayuda.

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